Tenía que acabar llegando aún así han aguantado más de un año dándonos carnosas hojas para degustar durante todo este tiempo. Las acelgas han empezado a espigar para acabar floreciendo y dando semilla. En los últimos tiempos las hemos abandonado un poco y se han vuelto algo salvajes, lo que ha provocado que los tallos sean más duros y fibrosos y las hojas más pequeñas.
De todas maneras vamos a dejar que espiguen para recolectar nuestras propias semillas y hacernos así autosuficientes que estos tiempos de crisis es una buena opción. Lo malo es que como ya hemos dicho en ocasiones anteriores corremos el riesgo de que se degraden tras varias generaciones ya que el cultivo en maceta nos da por regla general frutos de tamaño menor que en el campo.
La cuestión es ir experimentando y aprendiendo cada día un poco más del mágico mundo de las plantas.
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