viernes, 29 de julio de 2011

Sorprendente

Hoy he recogido las vainas de judías pintas que han madurado lo suficiente para ser consumidas, y he titulado esta entrada así por que su tamaño ha sido para mí sorprendente, son mucho más grandes que las que había plantado y eso en huerto en maceta para mí es toda una novedad.

Ya os había enseñado una foto en otra ocasión de las judías pintas, pero por ser principiante las había recogido demasiado pronto pensando que se consumían tiernas. Todavía quedan algunas flores en las matas que planté, pero la verdad es que la cosecha no ha sido muy abundante. El año que viene mejoraremos seguro, este ha sido la primera piedra de toque. He aprendido que hay que plantarlas a la vez y no por tandas (la verdad fue por falta de macetas) y sembrarlas directamente en la tierra al igual que los guisantes, no hace falta hacer semilleros.


vainas



judías pintas

Aquí os quedan unas fotos...

martes, 26 de julio de 2011

Otra vez será

Hasta ahora os he hablado-y tambien presumido- de los logros cosechados en el huerto, pero tambien he de reconocer los pequeños fracasos habidos hasta ahora.

Las que más se han resistido y reincidentemente han sido las cebollas, las he intentado plantar en invierno y en primavera, tanto en el exterior como en invernadero. Han brotado con un resultado más que aceptable en cuanto al número de plántulas, pero se han frenado en su crecimiento y finalmente las pocas que quedaban las he arrancado para poder aprovechar las macetas y la tierra (ya sabéis que en nuestro huerto son bienes escasos), sinceramente desconozco los motivos del fracaso, pero iré cambiando alguna cosa como la zona de ubicación o el tipo de sustrato. Necesitamos pequeños retos para irnos superando!!!

Otro de estos tropiezos han sido las acelgas...no han germinado ni las semillas!!!, no sé si las planté un poco tarde o han tenido las condiciones adecuadas para ello. Tampoco las semillas de calabaza gigante que puse en el invernadero y que se han debido de recocer, igual que las de melón. De estas nacieron plantas el año pasado e incluso tuvimos un pequeño fruto pero finalmente se infectaron de oidio (un hongo que afecta a determinadas plantas y del que os hablaré otro día).

Por último deciros que el año pasaso adquirí el mandarino y estaba cargado de flores, de las que luego nacieron un monton de pequeñas mandarinas, algunas de las cuales maduraron lo suficiente para que las pudiesemos degustar. Este año en cambio sólo encontré un par de estas flores (las cuales acabaron cayendo), y no tendremos cosecha de este árbol. La temible helada debió de hacer de las suyas sin que me diese cuenta de intentar proteger el árbol cubriéndolo con un plástico o alguna tela...el año que viene estaré alerta.

La experiencia es un grado y así también es como aprendemos y entendemos también el comportamiento de las plantas y sus necesidades, como las personas no todas son iguales y necesitan cuidados y atenciones específicas.

lunes, 18 de julio de 2011

A por pimientos

Uno de los cultivos más populares en maceta son los pimientos, no hace falta plantarlos en una maceta muy grande y apenas hay que proporcionarles cuidados adicionales más allá del riego periódico, y tampoco es que sean demansiado exigentes. Únicamente tendremos que protegerlas del frío y de las temibles heladas.

En cambio la germinacion sí se demora un poco más que otros cultivos como el tomate o los calabacines. Requiere una temperatura mínima de 18-20 grados y tardan un mínimo de 21 días en salir a la luz los brotes de la planta. Además una vez nacidos los primeros brotes tarda un poco en "arrancar" a crecer la planta, pero son fácilmente transplantables a su destino definitivo.

El año pasado planté pimientos "morrones" que es una variedad típicamente española. Son los que usamos en nuestra cocina a diario como acompañamiento y aditivo de numerosos platos. En el mercado los hay rojos y verdes. Básicamente son la misma variedad con diferente grado de maduración del fruto. También los hay amarillos y naranjas que es una variente de esta imprescindible planta.

Los diez o doce ejemplares que logré el año pasado nos cundieron bastante, ya que aunque es un ingrediente básico en la cocina con un par de trozos grande es suficiente. Los lavé y troceé, y los metí en una bolsa en el congelador listos para cuando fuese necesario utilizarlos. Cada planta nos dió dos o tres pimientos.

Este año la cosecha va bastante lenta ya que la temperatura no ha acompañado pero vamos a tener un poco de paciencia.

En cambio hoy he ido a visitar a mi familia al campo y me han obsequiado con una planta ya madura de la variedad guindilla, cargada de flores y de frutos en desarrollo. Espero que no sufra con el transplante y podamos degustar un buen plato de guindillas, que a diferencia del morrón (que es dulce) suelen picar un poco.

planta transplantada

Cuando sea la hora de la cosecha volveré a contaros que tal ha ido este año.
mis pequeñas matas de pimientos

viernes, 15 de julio de 2011

Si las quieres las tomas...

Hace unas semana os hablaba del experimento con las lentejas, pues bien una vez se han empezado a secar las plantas y las vainas, y un poco por instinto, las he arrancado y seleccionado las lentejas. Como son muy pocas lo he hecho a mano pero supongo que en grandes cultivos se debe de trillar (o mallar en gallego) las ramas y las vainas para sacar las pequeñas lentejas.

Como no podia ser de otra manera sólo en las que planta en una maceta para ellas solas el tamaño ha sido decente, en las que cultivé en medio de otras plantas (las tiré mejor dicho) han sido minúsculas. En todo caso es un cultivo que aparentemente no da mucho trabajo durante el crecimiento pero sí en la recolección.


mata de lentejas

el resultado



lunes, 11 de julio de 2011

A multiplicarse se ha dicho

Una manera barata y gratificante de ir completando nuestra colección hortícola es a través del intercambio con nuestros amigos y conocidos. Los ejemplares repetidos que ofreceremos los podemos conseguir con distintas técnicas. Para algunas especies nos servirá cualquier técnica y para otras sólo lo conseguiremos con alguna en concreto.

La técnica más común y natural para reproducir nuestras plantas es a través de las semillas, que sembraremos en nuestros semilleros y que con gusto regalaremos a la medida de nuestras posiblidades y de lo generosa que sea la naturaleza. Nos servirá para casi todos los casos, salvo para los frutales (a excepción de mi limonero que por eso es la joya de la corona) y para algunas de las aromáticas. Es cierto que en la naturaleza y de manera silvestre todas ellas se reproducirán por semilla que serán germinadas o transportadas a su lugar de nacimiento de diferentes maneras (no me exenderé más ya que el ser un manual escolar no es el fin de este blog).

Como ya comenté en otra ocasión no recomiendo el guardar las semillas de un año para otro en cultivo en maceta, ya que corremos el riesgo de que se degeneren al reprocudir ejemplares sucesivamente más pequeños de lo que debieran ser proveniendo de una cosecha en el campo.

Cuando no funcionan las semillas tendremos que acudir a los esquejes. Estos los podemos realizar de varias maneras, y lo que conseguiremos son clones de los ejemplares que tenemos.

En primer lugar cortaremos una rama de nuestro árbol o arbusto que limpiaremos de hojas casi por completo, ya que la planta se ha de precocupar por generar raíces no de "alimentar" las hojas. Esta técnica se llama reproducción por estaca. Tambien eliminaremos la corteza de la parte inferior para facilitar que nazcan las raíces y mojaremos la rama en agua para poder embadurnarla con hormona de enraizamiento. Por último la plantaremos en una maceta que colocaremos en un lugar protegido del viento y el frío. Yo he logrado con éxito reproducir el granado y el limonero.

Otra técnica de reproducción por esqueje es el acodo, que podemos hacer de dos maneras distintas dependiendo de como sean las ramas de cada planta.

Una de ellas será rascando la corteza de la rama que elijamos sin cortarla. La rodearemos con tierra que sujetaremos con un plástico, tambien podemos abrir una botella sujetándola con un cordón o alambre alrededor de la botella. Esta técnica es la adecuada para los frutales.

El acodo en tierra lo utilizaremos en aquellos casos en que la planta tenga ramas lo suficientemente flexibles y de porte bajo como para poder doblarlas sin que se rompan y sujetarlas a la tierra enterrandolas parcialmente sin cortarlas. Podemos utilizar un trozo de alambre y colocarla a ras de tierra y luego cubirla con sustrato. Será bueno también rascar un poco la corteza y untar hormona de enraizamiento. Dejaremos pasar mes y medio al menos para que broten las raíces, y ya tendremos una planta nueva lista para cortarla de la planta matriz. Con esta técnica he conseguido plantas nuevas de hierbabuena y de arándano.

Por último tenemos la técnica de multiplicación por división de mata, que no es otra cosa que separar parte de la planta con sus raíces desesterrándola. Podemos ayudarnos de un cuchillo o una pala y cortar un cepellón lo suficientemente grande para que sea viable el nuevo ejemplar y lo más pequeño que podamos para que no sufra la planta original. Obviamente no sirve cualquier planta ya que con las de tallo único no podremos hacerlo, pero en cambio para cultivos como el cebollino, orégano, hierbabuena, canónigos, etc. será la adecuada ya que la planta original apenas sufrirá y la escindida tendrá ya las raíces necesarias para su alimento. También podemos intentarlo con alguno frutales en los nuevos brotes que nacen a sus pies, pero por experiencia os digo que es muy difícil conseguir alguno con raíz suficiente.

A veces surgen raíces aéreas a las que les brotan tallos nuevos y que con el tiempo tambien podremos separar de la planta original. En las plantas en las que sucede esto podremos provocarlo escarbando y sacando alguna raíz a la superficie.

Acodo de arándano


sábado, 9 de julio de 2011

Abonados

Como ya hemos comentado en ocasiones anteriores (y que ademas es evidente) el cultivo en maceta tiene serias limitaciones e inconvenientes respecto del cultivo en el campo. Pero lejos de desanimarnos esto tiene que ser un aliciente para nosotros ya que así será más visible nuestro trabajo en el mismo.

Uno de estos handicaps que hay que resolver o por lo menos paliar es el poco sustrato sobre el que se tienen que desarrollar nuestros cultivos. Esto tiene dos consecuencias directas y estrechamente relacionadas, por un lado nos hará falta regar muy a menudo las macetas, con la consiguiente circulación de agua sobrante que arrastrará los nutrientes que haya en la tierra. Esto nos llevará a la necesidad de abonar frecuentemente si queremos asegurarnos el éxito del huerto.

Existen diferentes tipos de abonos en el mercado-no hace falta recordar que lo ideal sería conseguir nuestro propio compost pero ya sabemos que nuestra terraza tiene sus limitaciones- de los cuales he probado con varios, aunque la verdad no tengo una conclusión definitiva de cual es el mejor o a que cultivo se adecua más cada uno. Simplemente es una muestra de las opciones que tenemos y que cada uno puede elegir a su antojo.

El abono líquido universal, tiene la ventaja de la comodidad de empleo y de la versatilidad de cultivos, sólo hay que añadir un tapón de liquido a la regadera y mezclar con agua, nos servirá tanto para cultivos ornamentales como de huerto, pero en cambio se arrastrará igualmente con el desague de la maceta y básicamente nos aporta nitrógeno, fósforo y potasio que son fundamentales para el desarrollo de las plantas. De este abono líquido universal hay una variante ecológica que sintetiza estos minerales de cultivos ricos en los mismos como la remolacha o las algas marinas. Debemos de tener cuidado y no regar sobre las hojas pues podrian dañarse con el abono. Una vez cada 15 días será suficiente.

Otro formato de abono mineral son las varitas fertilizantes, que tienen un precio económico y tienen la  ventaja de que se disuelven poco a poco y así penetraran por completo en el sustrato, pero en cambio
abonaran sólo correctamente su zona de influencia y no la maceta al completo. Se entierran directamente y se riega. Son parecidas a las bolitas de nitrofoska que se mezclan con la tierra. Se aplicarán cada dos meses aproximadamente.

Tenemos tambien el guano, que es de origen orgánico animal (básicamente son excrementos de ave), es un abono mucho más completo ya que aporta nutrientes además de minerales y hasta un 52% de sustancias orgánicas. Su desventaja, además del fuerte olor que desprende, es que al aplicarse en polvo hay que expandirlo con cuidado para que quede uniforme y no nos vuele con el viento, y posteriormente mezclarlo con la tierra ayudados de un pequeño rastrillo. Esto último será difícil de hacer en cultivos como los calabacines pues las hojas de gran porte no nos dejarán acceder a la tierra. Finalmente regaremos abundantemente. Lo aplicaremos una vez al mes.

Para finalizar hablaros del abono orgánico-mineral microgranulado, son unas bolitas que se venden en sacos de diferentes tamaños y que mezclaremos con la tierra antes del cultivo. Se desharán poco a poco dosificando así el abono e incluso para toda la cosecha. Pero tiene la desventaja de que una vez iniciada la siembra no podremos añadir correctamente nuevo abono, ya que el que echemos por encima de la tierra tardará mucho tiempo en nutrir nuestras plantas. Una vez al remover la tierra al inicio del cultivo y podemos reforzarlo un par de veces por temporada, cada dos meses aprox.


abonos liquidos, guano y varitas fertilizantes


abono micro granulado












Como siempre la experiencia, riegos, tipos de cultivo, de maceta o de tierra nos dirán cual emplear. Lo mejor es combinarlos a necesidad y aprovechando las ventajas de cada uno.


miércoles, 6 de julio de 2011

Otros complementos.


Con el paso del tiempo he ido juntando un variado equipo de cultivo como ya os comenté en una entrada anterior. Ya expliqué en la misma los que considero como básicos, tales como herramientas de cultivo y corte, utensilios para riego etc. De los contenedores (macetas y similares), aditivos e insecticidas los trataremos en otras entradas.

Si queremos evolucionar con éxito necesitaremos algunas pequeñas ayudas.

Las varas o cañas que podremos adquirir en centros de jardinería o adaptaremos ramas de árboles lo más rectas posibles. Yo aconsejo lo segundo ya que es más barato y natural. En mi caso las consigo directamente en un monte familiar al que acudo de vez en cuando a hacer visitas de "cortesía" acompañado de una tijera o navaja bien afilada.

Estas varas las usaremos para atar las plantas rastreras o ayudar a las trepadoras a subir por ellas y evitar la podedumbre de los frutos o de los tallos por el contacto con la humedad del suelo, así como para evitar que se rompan a medida que vayan alcanzando más peso por el crecimiento de los frutos. Podemos atar las plantas a las varas clavadas en el suelo o bien poner varias cañas en hilera como soporte y con un cordón unirlas e ir enredando las plantas en ellas. Para las judias o las habas se puede usar una red de malla ancha extendida verticalmente y  apoyada en las varas como soporte. Para los guisantes tambien se pueden usar las ramas sin aclarar y quitandoles las hojas y que se apoyen en las ramas secundarias para trepar.

Para atar las rastreras (tomates, melones etc) usaremos cualquier cordón que tengamos a mano o un alambre recubierto de plástico verde que encontraremos en cualquier bazar y que además de quedar mimetizado no hará falta hacer ningún nudo, con darle un par de vueltas será suficiente y además podremos aflojarlo a medida que sea necesario por el crecimiento de nuestras plantas.

Las trepadoras (judias, guisante, habas, etc) en cambio no hará falta atarlas pues ellas sólas buscarán su soporte lanzando pendúculos a medida que vayan creciendo (dan la impresion de que tienen sentido del tacto).

Otro elemento interesante es el hacernos con un recipiente de trabajo, con un capacho de esos de plástico negro que se usan para todo será suficiente. Además de económico es ligero, resistente, tiene gran capacidad y con un mero manguerazo lo limpiaremos enseguida, y podremos usarlo incluso para transportar las herramientas a donde sea preciso. Nos servirá principalmente para volcar la tierra vieja y limpiarla y abonarla, así como la que vertamos de los sacos que compremos pues será más comodo y ensuciaremos menos que con el saco, sobre todo si es de formato grande más de 20 litros.

Tambien podemos adquirir a precios económicos un pequeño invernadero para resguardar los semilleros que preparemos o las plantas que sufran con las temidas heladas. Hay otros más pequeños e incluso algunos preparados para los cultivos que necesitan "cama caliente" (se conectan a la red eléctrica y la pequeñas resistencia que traen proporciona el calor necesario para que germinen las semillas más reácias). Esto es prescindible pues con preparar los semilleros en el interior de casa será suficiente, teniendo la precaucion de sacarlos a la luz cuando comiencen a nacer, pues si no creceran demasiado rápido en altura y será de un calibre pequeño lo que las hará débiles para soportar su propio peso o la fuerza del viento.

Por último, si teneis espacio yo me compraría un pequeño arcón de plástico para guardar todo el material que vayamos juntando y además de no tenerlo espacido por la terraza lo protegeremos del sol, lluvia, viento etc y nos durarán muchos más años.

Tambien será de agradecer una mesa de trabajo que no nos importe ensuciar de vez en cuando.

De todas maneras con un poco de imaginación supliremos aquellas cosas que todavía no tengamos o reciclando como he hecho yo una caja vieja de pescado que encontré en una playa para colocar los semilleros y proteger del agua y la tierra la mesa de trabajo.
Invernadero, capacho, varas, alambre para atar....
varas soporte
arcón e invernadero

domingo, 3 de julio de 2011

Cambio de temporada

Hoy me he levantado con una decisión tomada, arrancar los ultimos guisantes del huerto y transplantar varias tomateras a su lugar que ya estaban bastante desarrolladas.

El arrancar la cosecha anterior siempre cuesta bastante, sobre todo si todavía daban algún fruto como en este caso, pero al no ser ya su época estos serán pequeños y casi a cuenta gotas, por lo que no quedará más remedio que cortarlos. Ya os comenté en alguna entrada anterior que el cultivo en la terraza y en menor número de horas de sol que en el campo prolonga las temporadas de las cosechas por lo que es posible que se crucen temporalmente frutos de distinta época del año.


Antes
Despues de arrancar los guisantes y eliminar la estructura de varas y cordones que los sostenía, removí energicamente la tierra para airearla y la aboné con guano (abono de origen animal rico en nutrientes), regué abundantemente y comencé a transplantar las tomateras. Al final de todo coloqué las varas para cada una y las até. Además aproveché para cortar las ramas y hojas de la parte inferior y los "chupones" que nacen entre las ramas y que merman el crecimiento de las plantas y el desarrollo de los frutos, es decir realicé un aclareo (haremos varios a lo largo de la campaña). Ahora toca esperar a que florezcan y den cosecha!!!
El resultado

sábado, 2 de julio de 2011

Tierra a la vista

A lo largo de mi corta pero intensa experiencia he ido comprando diferentes marcas de tierra y en sacos de diferente tamaño.

Me ha quedado claro que no hay que escatimar en la calidad el sustrato aunque nos suponga gastar un poco más de dinero. Mucha de la tierra que nos venden por vegetal y que se puede encontrar a buen precio en las grandes superfies de bricolaje y jardinería o incluso en un pequeño bazar chino, no es más que un montón de restos de corteza y ramas de árboles a las que le han añadido un poco de tierra natural y que no aportan ningún nutriente a nuestro cultivo. Es cierto que es necesaria la materia orgánica para el desarrollo correcto de las plantas pero sin ayuda de otros componentes tardará años en degradarse y que puedan ser absorvidas sus propiedades. Además ante la ausencia de minerales como la arcilla o la misma arena no retendrá apenas la humedad con el riesgo de que las plantas se sequen y el arduo trabajo de regar constantemente las macetas. Con el tiempo nos saldrá más cara que una de calidad superior pues gastaremos un monton de dinero en abonos y escaso rendimiento en la cosecha.

La tierra por tanto ha de estar compensada en su composición y es deseable que se adapte a cada cultivo.

Otro de los problemas habituales de estas tierras de escasa calidad es la cantidad de plagas que llevan consigo, sobre todo mosca blanca y pulgón!!!. y tienen semillas de malas hierbas en su interior.

Mi preferida es la tierra de la marca Compo, hay variedades especiales, pero la genérica denominda "Sana" cumplirá sobradamente nuestras expectativas. Es un poco más cara que el resto pero merece la pena.

La opción de "importar" tierra del campo no la recomiendo demasiado, si es de origen forestal tendrá pocos nutrientes minerales, mucha hojarasca y un montón de bichos molestos para la vida urbana y difíciles de soportar en nuestra terraza. Si es de cultivo en huerta puede tener muchas semillas de malas hierbas difíciles de sulfatar (deberíamos ademas de evitarlo e intentar una producción lo más ecológica posible) o incluso que esté agotada del cultivo anterior o que tenga alguna plaga o huevos de insectos. Como en todas las aficiones nos tendremos que rascar un poco el bolsillo que le vamos a hacer.

Ya sé que lo ideal es intentar ser autosuficiente e incluso hacer nuestro propio compost, pero nuestra terraza tiene sus limitaciones!!!

Al cultivar en maceta y regar casi a diario hay que abonar regularmente la tierra, pero de esto hablaré otro día.

Cuando finaliza una cosecha podemos reutilizar la tierra intenranto removerla para que se oxigene (yo la vierto toda en una cuba y la abono), eliminar las raíces más gruesas (ya que ante la ausencia de bacterias no se degradaran) y dejar el resto que servirán de abono para la nueva campaña, y por último añadir abono en cantidad que estimemos necesaria. Lo ideal además de esto es alternar los cultivos y que se ayuden unos a otros, por ejemplo yo este año los tomates los he sembrado en la tierra donde estaban los guisantes, que fijan nitrógeno a la tierra del que se aprovecharán los tomates.