Hoy he caído en la cuenta de una paradoja, hace unas semanas os comenté que unas semillas de cebolla que había tirado en una pequeña maceta junto con unas de lechuga habían germinado y estaban creciendo. Pues bien hoy las he rebuscado entre las hojas de lechuga y he descubierto unas pequeñas cebollitas, que tendremos que trasplantar en unos días. En resumen, la lechuga y la cebolla combinan bien no sólo en la ensalada, y tras varios intentos infructuosos de cultivar cebollas resulta que el nacimiento en estado silvestre me ha ganado la batalla.
Otra de las sorpresas de la semana son los semilleros, alguno de los cuales ya está listo para trasplantar, dos macetas con semillas sacadas de la misma bolsa y cultivadas el mismo día y colocadas en el mismo sitio han dado resultados diferentes, en una no ha salido ni una planta y en la otra está las plantas perfectamente desarrolladas. Casualidad o algún factor que se nos escapa.
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