Hace unos días vi un curioso reportaje sobre una empresa que se dedica al reciclaje de las conchas de moluscos resultantes de la industria conservera. Estos desechos se habían convertido en un problema medioambiental debido a su enorme cantidad y la larga duración de su biodegradación.
En su planta transforman diferentes tipos de conchas, de mejillón, de ostra, de almeja..., el mótivo es la alta concentración de las conchas en carbonato cálcio, un compuesto quimico presente en la naturaleza en rocas y minerales en abundancia. Lavan y muelen las conchas con diferentes granulados en función del uso que se les va a dar.
Como ejemplo se utiliza en granjas de gallinas productoras de huevos como complemento de la dieta de los animales, ya que este compuesto está presente en la cáscara de los huevos. En libertad las gallinas la consumen directamente del terreno picoteando la tierra pero en cautividad es necesario aportársela artificialmente.
También se usa en acuicultura aportándolo a la arena marina de la cría de moluscos y devolviendo el que previamente se había sacado del terreno en las propias conchas.
Pero el uso que a nosotros nos interesa es como abono a nuestros cultivos, el sustrato ha de estar compensado y necesita además de materia orgánica determinados minerales que además de nutrir las plantas le aportan ligereza. En Galicia, donde nos encontramos, tradicionalmente en las zonas costeras se utilizó, para compensar las carencias del terreno por la agricultura intensiva que se practicaba y la alta pluviosidad que lava el terreno, la aportación directa de algas y de cangrejo patelo o "patexo" en gallego.
De todas maneras y ante la duda no recomiendo el empleo directo de nuestras propias conchas ya que el abonado ha de ser equilibrado y las materias han de estar previamente tratadas para evitar cualquier enfermedad a nuestras plantas, ya que luego las comeremos nosotros. Debemos siempre adquirir productos con todas las garantías sanitarias.
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