martes, 27 de septiembre de 2011

Nuestra salsa de tomate

Es habitual en las cosechas que en un momento determinado de madurez de los frutos se junte una buena cantidad de ellos a la que les es difícil dar "salida" antes de que se estropeen.

La alternativa desde hace siglos es elaborar los frutos de alguna manera para intentar conservalos y tener reservas para el invierno. En el caso de los tomates tambien se pueden elaborar conservas, desde encurtirlos cuando estan verdes a conservarlos enteros y pelados (para esto los escaldamos), cociéndolos posteriormente y metiendolos en un bote cubierto de agua y tomate antes de cerrarlos y hervir el bote.

Pero la manera más habitual que tenemos para consevar las propiedades de nuestros tomates es haciendo salsa, ya sea como base de la elaboración de platos o como aditivo para otros. Esta semana habíamos juntado una gran cantidad de tomates y como estaban empezando a estropearse dado su grado de madurez nos hemos decidido a hacer salsa. Teníamos sobre unos dos kilos.

La receta es muy sencilla, en una sartén grande hemos hechado un fondo de aceite de oliva y una vez caliente le añadido cebolla cortada en trozos grandes para que no se pase y los tomates tambien cortados en trozos grandes. Se sazona con un poco de sal para que las verduras "suden" y suelten el agua ,y se añade un poco de azucar para corregir la acidez del tomate. Lo dejamos que se haga a fuego lento durante unos 30 minutos y lo dejamos reposar hasta que temple para que espese. Por último pasamos la mezcla por un pasa purés y ya está lista para su consumo.

Aguantará en la nevera unos días, así que para consevarla más tiempo la envasaremos, o también podemos congelarla en tuppers pequeños para utilizar la dosis necesaria de cada vez.

Podemos añadirle cualquier verdura o hortaliza que tengamos a mano, como zanahoria, calabacín o puerro para variarle el sabor. También se puede hacer variedades hechandole hierbas aromáticas como albahaca u orégano.

Os dejo el resultado de nuestro trabajo


Como secreto decier que los tomates eran de nuestro huerto urbano pero las cebollas también eran de confianza ya que las habíamos traído de casa de nuestra familia que vive en el campo y que ya nos habían ayudado en otras entradas del blog con sus productos. Así cualquiera no?

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